miércoles, 1 de agosto de 2012

Fascitis Plantar: ¿Podemos ayudar a la terapia convencional a mitigar las molestias producidas por esta patología?


La fascia plantar es una banda muy gruesa de tejido que cubre los huesos y los músculos de la parte inferior del pie. Todo es parte de un sistema que usa un específico mecanismo para absorver efectivamente las distintas fuerzas que ejercen sobre la zona, por ejemplo, en el impacto que recibe el pie al correr. En caso de lesión, esta fascia puede inflamarse y causar dolor, lo cual dificulta el caminar.

Definición Fascitis Plantar:
Fascitis Plantar es una irritación e inflamación del tejido grueso en la planta o parte inferior del pie.
El síntoma más común es el dolor en la planta del pie que generalmente es agudo en la mañana y va disminuyendo con el movimiento, aunque no llega a desaparecer.

 
Factores de Riesgo:
Entre algunos factores de riesgo se pueden mencionar: Fallas o defectos biomecánicos de formación, tales como el exceso de pronación, pie plano, problemas con el arco del pie (pie plano y pie con arcos altos), tensión en el tendón de Aquiles, un arco plantar alto o un aumento repentino en el kilometraje de entrenamiento, sobrepeso o aumento de peso repentino, correr o entrenamiento con calzado inadecuado.
En 2009, Fernández de las Penas halló que las contracciones excéntricas crean adherencias faciales a un ritmo mayor que las contracciones concéntricas o isométricas Los espolones óseos en la tuberosidad del calcáneo se forman eventualmente si las condiciones dichas anteriormente no son tratadas correctamente.

 Diagnóstico Diferencial:
Las fracturas por estrés, espolones del talón o un nervio pellizcado puede causar síntomas similares. Para diagnosticar correctamente la fascitis plantar, es necesario descartar otras causas a través de la evaluación de un especialista.
Tratamiento:
El tratamiento debe ser guiado por un especialista, ya que es él quien determina las técnicas terapeúticas necesarias, asociándolas a los tiempos de recuperación.
La terapia convencional (sin cirugía) por lo general requiere de seis semanas a tres meses. Sin embargo, se ha encontrado que algunas técnicas de terapia manual podrían resolver este problema entre 6 a 9 tratamientos.
El tratamiento inicial consiste en bajar la inflamación de la fascia, esto se consigue con hielo, antiinflamatorios, preferentemente naturales, baños de contraste y/o tratamiento manual, en el que se incluyen todas las técnicas necesarias para estirar y movilizar la fascia plantar. Es imprescindible que los afectados de esta dolencia no hagan reposo absoluto, ya que recupera mejor si no cesan del todo la actividad, eso si, se tiene que proteger bien la zona entre sesiones para que la fascia no sufra, esto se logra a través de vendajes específicos, permitiendo la adaptación perfecta a la planta del pie y permite realizar las actividades
En la última fase de la rehabilitación las actividades funcionales con  descargas de peso deben ser primordiales. Además se debe recordar que los músculos tibial anterior y posterior así como el peronéo lateral largo son los que soportan el arco longitudinal interno por lo que es importante fortalecerlos para reducir la tensión en la aponeurosis. 
De existir una hipermovilidad en el mediopie, el médico podría indicar la utilización de una plantilla  semi-rígida que proporcione un buen apoyo para esa zona, principalmente en los deportistas.
Una variedad de tratamientos son recomendados y generalmente incluyen una combinación de descanso y estiramiento suave para fortalecer y aumentar la flexibilidad en la fascia. Yoga o actividades similares sin una adecuada guía por especialista pueden agregar mayores problemas en etapas en que el diagnóstico es grave, sin embargo, con síntomas más leves o solo con tensión en la fascia, el yoga puede ser parte de un plan de tratamiento y ayudar a prevenir ataques recurrentes.
Asanas:
Muchas posturas de yoga facilitan la elongación de la fascia, estirando el pie y músculos de las piernas. En Adho Mukha se elonga toda la fascia y los músculos de la pantorrilla. Es importante seguir el contacto de los talones en el suelo o puede tensionar aún más la fascia. Realizando ejercicios de “pedaleo” en la posición, empujando un talón hacia atrás y luego el otro también puede ser útil. Otras buenas posturas son Parsvottanasana y Dandasana. En Parsvottanasana, los dedos deben estar hacia la “extensión” todo el tiempo. Mucho ayuda a la fascia cuando los pies se mantienen en una posición adecuada.


La mejor forma de prevenir la fascitis plantar es adicionar a la rutina diaria, ejercicios que permitan mantener una buena flexibilidad alrededor del tobillo

Advertencia:
Como con cualquier condición médica, comience con un diagnóstico adecuado. Consulte con su médico sobre la posibilidad de estiramiento, yoga o de terapia física como parte del tratamiento y recuperación. Si el yoga es recomendable, informar a su instructor de yoga de su condición. Un profesor bien informado tiene muchas asanas para recomendar y ver su posicionamiento de los pies para asegurarse de que están alongando la fascia.

Referencias:
http://www.livestrong.com/article/118004-yoga-plantar-fasciitis/#ixzz21BIAjcEC
www.erikdalton.com
http://terapias.typepad.com
http://www.livestrong.com/article/118004-yoga-plantar-fasciitis/


¿Conoces algún otro tipo de intervención que alivie la fascitis plantar?

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