La fascia plantar es una banda muy
gruesa de tejido que cubre los huesos y los músculos de la parte inferior del
pie. Todo es parte de un sistema que
usa un específico mecanismo para absorver efectivamente las distintas fuerzas
que ejercen sobre la zona, por ejemplo, en el impacto que recibe el pie al
correr. En caso de lesión, esta fascia puede inflamarse y causar dolor,
lo cual dificulta el caminar.
Definición Fascitis Plantar:
Fascitis Plantar es una irritación e inflamación del tejido grueso
en la planta o parte inferior del pie.
El
síntoma más común es el dolor en la planta del pie que generalmente es agudo en
la mañana y va disminuyendo con el movimiento, aunque no llega a desaparecer.
Factores de Riesgo:
Entre
algunos factores de riesgo se pueden mencionar: Fallas o defectos biomecánicos
de formación, tales como el exceso de pronación, pie plano, problemas con el
arco del pie (pie plano y pie con arcos altos), tensión en el tendón de
Aquiles, un arco plantar alto o un aumento repentino en el kilometraje de
entrenamiento, sobrepeso o aumento de peso repentino, correr o entrenamiento
con calzado inadecuado.
En
2009, Fernández de las Penas halló que las contracciones excéntricas crean
adherencias faciales a un ritmo mayor que las contracciones concéntricas o
isométricas Los espolones óseos en la tuberosidad del calcáneo se forman
eventualmente si las condiciones dichas anteriormente no son tratadas
correctamente.
Diagnóstico Diferencial:
Las fracturas por estrés, espolones del talón o un nervio pellizcado puede causar síntomas similares. Para diagnosticar correctamente la fascitis plantar, es necesario descartar otras causas a través de la evaluación de un especialista.
Tratamiento:
El
tratamiento debe ser guiado por un especialista, ya que es él quien determina
las técnicas terapeúticas necesarias, asociándolas a los tiempos de recuperación.
La
terapia convencional (sin cirugía) por lo general requiere de seis semanas a
tres meses. Sin embargo, se ha encontrado que algunas técnicas de terapia
manual podrían resolver este problema entre 6 a 9 tratamientos.
El tratamiento inicial consiste en
bajar la inflamación de la fascia, esto se consigue con hielo, antiinflamatorios,
preferentemente naturales, baños de contraste y/o tratamiento manual, en el que
se incluyen todas las técnicas necesarias para estirar y movilizar la fascia
plantar. Es imprescindible que los afectados de esta dolencia no hagan reposo
absoluto, ya que recupera mejor si no cesan del todo la actividad, eso si, se
tiene que proteger bien la zona entre sesiones para que la fascia no sufra,
esto se logra a través de vendajes específicos, permitiendo la adaptación
perfecta a la planta del pie y permite realizar las actividades
En la última fase de la rehabilitación las
actividades funcionales con descargas de peso deben ser primordiales.
Además se debe recordar que los músculos tibial anterior y posterior así como
el peronéo lateral largo son los que soportan el arco longitudinal interno por
lo que es importante fortalecerlos para reducir la tensión en la aponeurosis.
De existir una hipermovilidad en el mediopie, el
médico podría indicar la utilización de una plantilla semi-rígida que
proporcione un buen apoyo para esa zona, principalmente en los deportistas.
Una
variedad de tratamientos son recomendados y generalmente incluyen una
combinación de descanso y estiramiento suave para fortalecer y aumentar la
flexibilidad en la fascia. Yoga o actividades similares sin una adecuada guía
por especialista pueden agregar mayores problemas en etapas en que el
diagnóstico es grave, sin embargo, con síntomas más leves o solo con tensión en
la fascia, el yoga puede ser parte de un plan de tratamiento y ayudar a
prevenir ataques recurrentes.
Asanas:
Muchas
posturas de yoga facilitan la elongación de la fascia, estirando el pie y músculos
de las piernas. En Adho Mukha se elonga toda la fascia y los músculos de la
pantorrilla. Es importante seguir el contacto de los talones en el suelo o
puede tensionar aún más la fascia. Realizando ejercicios de “pedaleo” en la
posición, empujando un talón hacia atrás y luego el otro también puede ser útil.
Otras buenas posturas son Parsvottanasana y Dandasana. En Parsvottanasana, los
dedos deben estar hacia la “extensión” todo el tiempo. Mucho ayuda a la fascia
cuando los pies se mantienen en una posición adecuada.
La mejor forma de prevenir la fascitis plantar es
adicionar a la rutina diaria, ejercicios que permitan mantener una buena
flexibilidad alrededor del tobillo
Advertencia:
Como con cualquier condición médica,
comience con un diagnóstico adecuado. Consulte con su médico sobre la
posibilidad de estiramiento, yoga o de terapia física como parte del tratamiento
y recuperación. Si el yoga es recomendable, informar a su instructor de yoga de
su condición. Un profesor bien informado tiene muchas asanas para recomendar y
ver su posicionamiento de los pies para asegurarse de que están alongando la
fascia.
Referencias:
http://www.livestrong.com/article/118004-yoga-plantar-fasciitis/#ixzz21BIAjcEC
www.erikdalton.com
http://terapias.typepad.com
http://www.livestrong.com/article/118004-yoga-plantar-fasciitis/
¿Conoces algún otro tipo
de intervención que alivie la fascitis plantar?
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